31 de diciembre de 2009

El perro fiel



Los prejuicios son una manera casi segura de alejarnos de la verdad.

Una pareja de jóvenes después varios años de casados no podían tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si de su hijo se tratara. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso ejemplar. El perro salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro, realmente lo apreciaban mucho.

Luego de siete años de tener al perro la pareja logro tener el hijo tan ansiado y muy contentos con su nuevo bebé no se dieron cuenta que disminuyeron las atenciones a su perro, este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe; ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante tanto tiempo.

Un día la pareja dejo al bebe plácidamente durmiendo en su cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada.

Un fuerte chillido del bebé retumbó por toda la casa, el padre fue corriendo a ver lo que sucedía y para su sorpresa encontró a su perro en el pasillo con la boca ensangrentada, el pensó lo peor y en el momento mató al perro con el cuchillo que llevaba.

Fue corriendo al cuarto del bebé y afortunadamente estaba vivo e ileso sobre su cuna, luego voltea un poco y logra ver una serpiente degollada y llena de mordeduras: el perro había salvado al bebé.

El dueño lloró amargamente lamentándose: "He matado a mi perro fiel"

¿Alguna vez hemos juzgado a alguien sin conocer sus motivos?

Los prejuicios no llevan a tener ideas equivocadas de los demás y a tener un trato injusto. La mayoría de las personas tienen razones para su manera de actuar, conocerlas nos ayudan a entenderlas y poder ayudarlas en caso de ser necesario. Por favor no nos dejemos llevar por los instintos y cometamos un gran error.


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