12 de enero de 2010

Una terrible catástrofe



Sin disciplina, no hay vida en absoluto.
- Katherine Hepburn

El 16 de abril de 1947 en Texas City, Texas, EE. UU. de N. A., ocurrió una violenta explosión, la cual fue considerada como la más grande que se ha producido, aparte de las explosiones atómicas que se han efectuado.

Tres barcos que contenían explosivos volaron por los aires, y la población de Texas City fue inundada con flameantes desechos que destruyeron casi instantáneamente una fábrica de productos químicos valuada en diecinueve millones de dólares y produjo cientos de incendios. Hubo 551 muertos, 3.000 heridos graves, y una pérdida de cincuenta millones de dólares por los daños producidos en los edificios.

Todos estos perjuicios fueron causados por la desobediencia de un marinero o de un estibador que, violando la prohibición expresa de fumar, fumó, y arrojó la colilla del cigarro sobre alguna cosa inflamable; entonces se produjo un pequeño incendio que se comunicó a los depósitos de municiones, y después vino lo peor … la catástrofe. Todo, por la desobediencia de un solo hombre.–A. L.

La obediencia y disciplina

No permiten mantener un orden en nuestra vida, pues si bien las reglas en ocasiones limitan lo que queremos hacer, también limitan a los demás a perjudicarnos. Las leyes más que ser cadenas son escudos que nos protegen del caos que se tendría en un estado de libertinaje.

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